Cuando iniciamos nuestro proyecto a principios del año 2010, los socios fundadores de PROTECTIA, como es lógico teníamos la incertidumbre de cómo iba a resultar la nueva andadura.
El momento económico del mercado no era el propicio para aventuras profesionales y no sabíamos cómo respondería el principal activo de la firma: nuestros clientes.
Aun así, profesionales con una media de 25 años en el sector de la propiedad industrial, decidimos que no era el tiempo para adoptar una postura cómoda y recoger los frutos de una dilatada trayectoria profesional sino de dar el salto y asumir nuevos retos, con una nueva filosofía, dado que, como decía Einstein es una locura hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes.
Con esta vocación de distintividad y en aquella situación nació nuestro despacho.
Pues bien, más de dos años y medio después la coyuntura económica general en España, objetivamente, ha empeorado, pero nuestro proyecto vital, profesional y empresarial se ha consolidado.
Nuestra plantilla ha crecido para dar un mejor servicio y nuestro balance muestra un crecimiento anual superior al 30%.
En apenas dos años nos encontramos entre los despachos españoles más importantes de acuerdo a la estadística de la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI), siendo uno de los despachos que más solicitudes de marcas comunitarias presenta, cifra de referencia del sector.
Nuestro ratio de concesiones de expedientes es muy elevado y superior a la media (más 95%), así como las oposiciones resueltas favorablemente al interés de nuestros representados.
Y sobre todo, no sólo conservamos la integridad de los clientes que confiaron desde el origen en Protectia, sino que hemos incrementado exponencialmente su número, contando en la actualidad con más de 1.000 firmas y particulares que nos confían sus derechos.
Esto último, supone nuestro mayor éxito, sin duda, puesto que a su vez supone que la línea de trabajo que nos marcamos desde el comienzo era la acertada.
Por todo ello, os agradecemos el esfuerzo prestado y la confianza depositada.
