Entrevista a Enrique Dans

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Tenemos el honor y el placer de empezar este mes de Diciembre con una entrevista a Enrique Dans, al que agradecemos su tiempo y disponibilidad.

Profesor de Sistemas de Información en IE Business School, doctor (Ph.D.) en gestión de procesos de negocio especializado en Sistemas de Información por la Universidad de California.
También es colaborador habitual en numerosos periódicos y revistas como El País, El Mundo, o Cinco Días y Autor del blog enriquedans.com, uno de los más populares del mundo en lengua española (elegido por El Mundo como uno de los 100 mejores blogs en inglés y en castellano en el año 2009).

Enrique_Dans

 

  •  Enrique, tu blog es uno de los espacios más influyentes y de referencia. ¿De dónde nació la idea de compaginar tu actividad de profesor con la de “bloguero”? ¿Cuál es, según tu experiencia, la mejor estrategia a seguir para hacer que un blog sea rentable?

Mi página no es rentable. Si aplico una mínima valoración del tiempo que le dedico a los ingresos que me genera, la rentabilidad sería absurda. Otra cosa es que me resulte indirectamente rentable porque me permita dar mejores clases, o aumentar la tracción que puedan tener mis conferencias y mis actividades de divulgación. Si alguien pretende ganar dinero con una página y mantener unos mínimos estándares éticos que le permitan no engañar a sus lectores, tendrá que ser consciente de que esa aventura implicará lanzarse a obtener una escala muy elevada, convertirse en una compañía capaz de convencer a anunciantes de que pueden obtener un canal privilegiado hacia sus clientes actuales o prospectivos mediante una publicidad que estos no consideren incómoda o molesta. O eso, o convencer a los lectores de que les compensa pagar por unos contenidos de calidad. Ninguna de esas dos opciones resulta imposible, pero no son sencillas, e implican obtener una cierta escala que te permita ser dueño de tus propias normas y estándares. Para los demás, están las ganancias indirectas, como es mi caso. 

  • La definición de “profesional con marca propia” en ti parece adaptarse a la perfección. Has tratado en varias ocasiones (libros, conferencias, etc.) el tema de la “marca personal” y en la práctica tienes tu nombre registrado como marca en España: ¿Podrías resumirnos en 3 puntos la importancia que juega y cómo se construye una marca personal?

La marca personal es el resultado de lograr dedicarte a algo que te gusta, trabajar mucho y poniéndole mucha pasión, y hacerlo además con una cierta estrategia. Si empiezas por asociar tu imagen futura con una serie de palabras clave, sigues por ver quién o quiénes están ahí ahora, los sigues, y eres además capaz de desarrollar buenos contenidos asociados con esas categorías, la marca es algo que aparece prácticamente solo. No hay trucos secretos, solo trabajo, trabajo y trabajo. Sin él, la marca personal es puro humo, aire calentito.

  • Tu libro “Todo va a cambiar” ha sido uno de los primeros ejemplos de publicación bajo licencia “Creative commons” y precursor de una lectura de tipo “social”. Esto va perfectamente en línea con tu filosofía de que las cosas tengan que difundirse de la forma más fácil en la red. Este hecho puede plantear discrepancias sobre los derechos de propiedad intelectual. ¿Qué opinas al respecto? 

Cuando los derechos de propiedad intelectual implican intentar prohibir cosas que son imposibles de prohibir, porque están al alcance de cualquiera, y suponen además la perpetuación de un modelo absurdo e insostenible, es mejor prescindir de ellos. La situación de la propiedad intelectual hoy en día es que mientras no se redefina y se adapte a los nuevos tiempos, es mejor ignorarla para que no haga daño. Con el modelo actual, se daña a los autores, se daña a la sociedad, se daña a los usuarios, y únicamente se benefician unos pocos intermediarios cuya actividad no tiene ningún sentido.

  • Una de las grandes dificultades que encuentra el desarrollo de nuevas tecnologías es la falta de inversión. ¿Crees que el crowdfunding podría ser una solución para nuevas patentes con mercado potencial que no encuentran financiación ni aliados en su comercialización? ¿Qué opinión te merecen las recientes intervenciones limitativas por parte de la política? 

El crowdfunding es una posibilidad muy interesante no solo de obtener inversión, sino también de sondear el mercado y de obtener atención para un proyecto. Es un proceso que flexibiliza el tejido productivo, que favorece una implicación muy positiva de los usuarios: pueden convertirse en participantes en la actividad pre-adquiriendo bienes y beneficiando a los emprendedores mediante su entusiasmo y su confianza en el caso del award-crowdfunding, o convertirse en accionistas mediante el equity-crowdfunding. La actividad no necesita más regulación que la que ya existe: sobre-legislar siempre es malo, y los gobiernos que no entienden el desarrollo y el progreso tecnológico siempre tienden a ver fantasmas y peligros terribles, y acaban sobre-legislando, creando leyes absurdas. La realidad es que los accionistas ya estaban protegidos, la estafa ya estaba perseguida, y lo único que había que hacer era asegurar el cumplimiento de las leyes que ya existían. No hay peor cosa que darle la varita mágica de crear leyes a un aprendiz de brujo torpe que no entiende nada de tecnología y solo ve en ella peligros terribles. 

  • Concluimos con otro tema de gran actualidad y respecto al cual ya te has expresado sin medios términos en varias ocasiones: Google y el llamado “derecho al olvido”. En los últimos tiempos se ha hablado mucho del tema. Lo que es cierto, es que todavía falta un cuadro legislativo completo y coherente en la UE: ¿Crees que se pueda aplicar en la práctica la sentencia de la Corte de Justicia de la UE? ¿Puede considerarse peligroso que un motor de búsqueda se considere, al fin y al cabo, como una “editora”?

La sentencia es una barbaridad, la miremos por donde la miremos. Se confunden supuestos «derechos» con cosas que no existen más que en la imaginación calenturienta de algunos: un motor de búsqueda debe buscar, y hacerlo además lo mejor posible. A partir de ahi, que unos resultados salgan o dejen de salir es un problema de quien los publica, no de quien los encuentra. Si se tiene un problema, habrá que ir a la fuente, no al buscador. Ir contra el buscador genera muchos más problemas de los que intenta resolver, pone en situaciones insostenibles a los medios, a las personas y al propio motor de búsqueda, da lugar a situaciones de censura, y además, no sirve para nada. Y como bien dijo Albert Einstein, «nada destruye más el respeto por el Gobierno y por la ley de un país que la aprobación de leyes que no pueden ponerse en ejecución». 

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