El inventor del futbolín: Alejandro Finisterre

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El futbolín: juego atemporal que ha fascinado y une trasversalmente numerosas generaciones y distintas nacionalidades. Todo el mundo ha jugado almeno una vez un partido al futbolín, pero seguramente pocos saben que su inventor fue Alejandro Finisterre.

Reconstruir el recorrido histórico de este juego no es fácil, muchos países reclaman la autoría del invento y las fuentes son contradictorias; sin embargo, la primera patente de la historia del “futbol de mesa de 2 piernas” pertenece a un español: el periodista, escritor y editor Alejandro Finisterre.

Para ayudarnos a conocer mejor la historia de este invento, proponemos la primera parte de un documental titulado “Tras el futbolín” creado por Bep Moll y distribuido por Motion Picture de Barcelona que recorre las peculiaridades del invento y donde el mismo inventor habla de su creación.

(Para que vayáis preparados: la primera parte del vídeo es una pequeña introducción en catalán, sin embargo el documental es en castellano subtitulado en inglés).

Como se dice en el documental, el futbolín echa sus raíces en el mismo fútbol, deporte que ha saltado todas las fronteras geográficas y sociales de los cinco continentes, inspirando, entre otros, a todo tipo de fabricantes de juguetes.
De ahí la variedad de juego y la dificultad en identificar al primero inventor.

Alejandro Finisterre: historia de las patentes y de su inventor

En realidad ya en los primeros años de 1.900 existía este tipo de juego, pero eran solo aparatos de sobremesa todavía distantes de la idea moderna de futbolín.

Por tanto, aunque la primera patente del futbolín tal cual se conoce hoy en España (el llamado Futbolín de 2 piernas”) fue presentado por primera vez por Alejandro Finisterre (seudónimo de Alejandro Campos Ramirez), existen varios antecedentes:

  • 1922: primera patente en Gran Bretaña, presentada por Harold Searler Thorton, publicación de solicitud nº GB205991.
  • 1925: primera patente en EEUU, presentada por Louis P. Thorton, obtenida en 1927 con el número 1615491.
  • 1937: primera patente en España, presentada por Alejandro Finisterre.

El diseño español fue ideado por Alejandro Finisterre durante la guerra civil española, mientras se encontraba herido e ingresado en un hospital. Viendo en el hospital a muchos niños heridos como él, incapaces de poder jugar al fútbol, pensó en la idea del juego inspirándose en el tenis de mesa, su grand afición.
Con la ayuda de un carpintero (Francisco Javier Altuna), construyó la mesa y las figuras y decidió patentarlo.

Desafortunadamente, los papeles de la patente se perdieron durante su exilio en Francia, así que no podemos saber cómo era el diseño original. Lo que sí sabemos es que la expansión del juego fue inmensa. Pero como en muchas ocasiones a Alejandro Finisterre no le tocaron reconocimientos ni un retorno economico, pues cuando regreso del exilio a España todo el mundo fabricaba ya el futbolín.

En 1948, refugiado en París, tras comprobar la popularidad alcanzada por el futbolín decide iniciar una particular guerra de patentes que enseguida abandona entendiendo el error de no haber defendido y extendido a tiempo su primera patente pues ahora se le hacia imposible entrar en litigios con todos los carpinteros que lo estaban fabricando.

En 1952, Alejandro Finisterre desembarca en Guatemala donde logra relanzar su invento y obtener finalmente rendimientos económicos. Con algunos de sus hermanos, crea una industria familiar de juguetes “Campos Ramirez y compañía”, cuyo producto estrella era el “futillo” o futbol de mesa.

Para concluir el homenaje a este gran inventor español, invito a quien esté interesado en profundizar en esta interesante historia y visualizar por completo el documental. También recordamos que Finisterre es el padre de otros inventos:

  • Durante su exilio en Francia, inventa un pasa hojas mecánico para partituras. La evolución moderna de este invento se puede encontrar en las publicidades giratorias, que enseñan varios anuncios en una misma valla.
  • En 1962 inventó el popular “Hundir la flota” pero, en su condición de exiliado, no puedo volver a España a renovar la patente así que el juguete pasó a manos de otros fabricantes.

ALEJANDRO FINISTERRE

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